viernes, 26 de diciembre de 2008

Ni nación, ni selección.

Por si alguien duda que en la Comunidad Autónoma de Catalunya hay mucho "listillo" emperrado en mezclar fúbol y política, aquí tiene un artículo firmado por Xavier Vinyals, Presidente de la Plataforma Proseleccions Catalanes.


Ante la ofensiva del Gobierno español en contra de todas las selecciones catalanas existentes, del deporte que sea, y ante la prohibición de una jueza a emitir espots publicitarios con el lema Una nació, una selecció, quiero expresarme claramente contra este ataque a la libertad de expresión. Estamos ahogados dentro de un Estado donde los poderes fácticos no han cambiado en 33 años de transición. Económicamente asfixiados con total impunidad; los catalanes, hoy, estamos más cerca de una comunidad autónoma de segunda división que de una comunidad nacional.
Durante algún tiempo nos permitieron creer que nos podríamos sentir bien así, que, aun sin jugar en primera división, como casi todas las comunidades nacionales del mundo, las cosas podían cambiar y que, poco a poco, quizás aún podríamos soñar con no tener que seguir sometidos al calvario uniformista asfixiante y trasnochado.

PERO POR SI LA ilusión podía llegar a ser peligrosa, en pocos años se ha invertido la sensación a partir de evidencias como los recortes y amenazas sobre el Estatut, o como el déficit fiscal, más bien fraude, del Estado sobre los catalanes.
Y por si todo esto no fuera una ampliación suficiente de los muros de la incomprensión, el Estado español ha decidido últimamente que los juegos de patio de los de segunda división también debían ser prohibidos. Oír gritar a estos catalanes que son una nación, mientras distraen su larga pena animando a sus selecciones --a menudo de deportes que a los vigilantes no les dan ni frío ni calor-, ha encendido sus alarmas y España ha iniciado una cruzada contra todo aquello que cuestiona la existencia de la nación única.
Todo esto recuerda los retratos teatrales de los monarcas feudales, sudorosos y temblorosos, que, aterridos y celosos de todo, mandaban cortar la cabeza del más insignificante gorrión. El comportamiento de los últimos Gobiernos españoles, en defensa de una nación española que se ve amenazada por sus naciones subordinadas, es una clara repetición en el tiempo de aquellos esperpénticos gobernantes.

TODO TIENE un límite. En muy poco tiempo hemos visto cómo nos negaban el reconocimiento como nación en el nuevo Estatut de autonomía, cómo sobornaban a representantes de otros países para que votasen contra el ingreso de la Federación Catalana de Patinaje en la federación internacional, cómo prohibían la celebración de un partido amistoso de fútbol contra Estados Unidos, cómo escondían las cifras del expolio fiscal sobre los catalanes, cómo cerraban repetidores de TV-3, cómo elaboraban leyes para invadir competencias catalanas, cómo utilizaban argumentos franquistas para impedir el reconocimiento internacional del rugbi catalán, cómo echaban de una federación internacional a toda una federación catalana de entidades excursionistas y cómo una jueza pedía la prohibición del lema Una nació, una selecció en espots por su contenido político.
Sí. Para ellos, la nación catalana está prohibida porque no existe y sus selecciones son un atentado al orden establecido. No importan los miles de ciudadanos que se puedan manifestar por el derecho a decidir ni los miles de simpatizantes que las selecciones catalanas puedan tener. Para ellos, con la triste e indispensable ayuda de algunos pocos de aquí, todos nosotros somos unos pesados que no hacemos más que pedir, pedir y pedir.

PERO QUE NO se equivoquen: si como afición deportiva volem patir como cualquier otra, como pueblo, y en sus manos, ya lo hemos hecho bastante. Y las prohibiciones, además de cansar, provocan. Este pueblo tiene cuerda para siglos y aunque nos lo prohíban todo, al final seremos lo que queramos.
Hoy, mañana y siempre, una nació, una selecció!.

No hay comentarios: