domingo, 21 de junio de 2009

Laporta cree que Catalunya debe buscar la independencia

Noticia publicada en e-noticies.cat


"Catalunya debe buscar la plenitud, nunca me he escondido de ser desacomplejadamente catalanista






El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, manifiesta que "el sentido de la estelada, con la estrella con fondo azul, es el sentido de la lucha por los ideales. Esta bandera muestra el proceso hacia la plenitud. Yo le doy este significado. Nuestra sociedad debe seguir luchando para conseguir esta plenitud en cuanto a derechos y libertades democráticas para Catalunya. Es una bandera que identifica una ideología, la catalanista y yo la comparto. No creo que sea una falta de respeto. Yo no me ofendo cuando se exhiben otros símbolos. Respeto todas las ideologías y la manera de ser de todos. No participo de aquellos que dicen que el presidente del Barça debe ser una persona inocua, que no trasmita nada. Si quiere posicionarse, debe hacerlo evidentemente con respeto hacia los demás".

En una entrevista en el diario Sport, el máximo mandatario del club azulgrana dice que "nosotros hemos hecho mucho por Catalunya desde el Barça y yo lo seguiré haciendo desde mi despacho, pero no me veo en la política, no me motiva nada relacionado con un cargo público. Cuando acabe como presidente cogeré distancia, seguro, aunque todos tengamos nuestras ideas. En el Barça hemos buscado la excelencia y lo hemos conseguido; Catalunya debe buscar la plenitud. Nunca me he escondido de ser desacomplejadamente catalanista. Así me han educado. Yo soy un defensor de la libertad".

Sobre los políticos, considera que "el nivel de los políticos es muy bueno, lo que pasa es que tenemos una sociedad que debe mejorar en la autocritica. En lugar de críticas sistemáticas tendríamos que ser más autocríticos. En nuestro caso, el Barça, esta temporada ha dado una lección sensacional, magistral, que me ha hecho sentir orgulloso de las personas que creen en sus ideales. Esto ha sido un premio a las personas que saben resistir en los momentos difíciles y de las personas que superan los miedos que a veces son casi insuperables en situaciones límite en las que hay mucha presión. Se comprenden todo tipo de reacciones, pero estoy con las personas que creen en sus ideales, que luchan…"

sábado, 20 de junio de 2009

El cardenal culé


Tomás Cuesta en ABC


Hay quien sospecha que monseñor Sistach, al denunciar la estampida de millones que ha sacado de quicio al mercado futbolero, respira por la herida del forofo en vez de plantearse un problema de conciencia. La gente del común, que suele hacer más caso a las revelaciones deportivas que a las verdades reveladas en el Evangelio, no ignora que el cardenal barcelonés es culé hasta los tuétanos y que el supino desparpajo con el que Florentino maneja la chequera desluce, en cierto modo, el aura deslumbrante del equipo que anida en sus pías entretelas. El mismo que, este año, fue coronado en Roma -¡en Roma, nada menos!- como la octava maravilla del planeta césped. Huelga añadir que, de primeras dadas, el argumento es tan rastrero que lesiona la integridad espiritual de uno de los príncipes de la Santa Madre Iglesia.
Pero, ¿y si resulta que la razón está de parte de los que le canean y Sistach, en efecto, es la boca de ganso del poder, el fervoroso acólito, la coartada trascendente? Podría pensarse, entonces, que se ha rasgado la casulla no por imperativos de índole moral, sino por consideraciones de consumo interno. En ese caso, tildar de escandaloso que, mientras escasea el pan, se derrochen fortunas en «circenses», sería reeditar, en clave periférica, algo que, hace centurias, alcanzó a ser un género: el menosprecio de Corte y alabanza de aldea. Todo lo cual -burla burlando y sin querer queriendo- nos lleva de cabeza a una conclusión desolada y perversa. Sistach considera que ganar el cielo es salir bajo palco del Camp Nou flanqueado por hinchas a falta de feligreses. El palco, a fin de cuentas, es una especie de palio posmoderno. Solemne, confortable, climatizado y con merienda.
Dicho sea en honor a la verdad (la verdad, aunque huela), monseñor Sistach no se ha enfrentado con excesiva vehemencia a la torva cuadrilla de sayones que aplica la Escritura con literalidad usurera -«Se repartieron mis vestidos y sobre mi túnica echaron suertes»- y que amenaza con dejar a este país en cueros muertos. En pelota picada. «"In puris naturalibus», metidos a aventar ecos canónigos e incensar el ambiente. Tampoco ha defendido (no ya a capa y espada, que al cabo monseñor no es un guerrero, mas ni siquiera a capa y solideo) el cristianísimo precepto que exige que los ricos socorran a los débiles. Ni ha reivindicado el derecho que asiste todos los creyentes -y a los no creyentes, por supuesto- a rezar bien sea el Parenostre, o bien el Padrenuestro, según lo que les pete y lo que les pidan sus adentros.
Para el carro, Ben-Hur, que te condenas. El peligro que entrañan los vaniloquios balompédicos es que comienzas por sacar de centro y, en el fragor de la batalla, caes a los extremos. Tal cual le ha sucedido a monseñor Sistach al darle una colleja al César Pérez y no darle lo suyo a los idólatras domésticos que falsifican las tablas de la ley o se las pasan por el forro, lo que mejor convenga. Con el pastón que ha fundido el tripartito en informes ficticios, remesas de condones, cochazos fantasmales (con fantasma de serie), alardes patrióticos y lavanderías de cerebros, se compran a Ronaldo, a Ribéry e, incluso, a don Alfredo Di Stéfano. Empero, el cardenal no salta del banquillo cuando es su rebaño el que esquilma la hierba y se encocora, en cambio, al descubrir la paja en ojo ajeno.
Así tratan ciertos jerarcas eclesiásticos a los únicos profesionales que todavía se santiguan antes de ir a por faena. Sepulcros blanqueados. ¿Blanqueados? Ahí le duele.

lunes, 15 de junio de 2009

La relación de odio entre el Barça y Madrid.


Os dejo un trocito de "Quasi tota la veritat", las memorias de Josep Maria Miguella.


Tot plegat, encaixava prou bé amb la situació que es vivia aleshores, d´una gran repressió política i social, en què el futbol era una de les poques sortides perquè la gent s´esbravés i on el Madrid era l´enemic a batre. Recordo que quan anàvem al camp de les Corts i jugava el Barça contra el Madrid, ens donaven un xiulet i quan vèiem aparèixer el club blanc, encapçalat pel capità Miguel Muñoz, hi havia una xiulada impressionant que durava fins que començava el partit.
Era la manera com els barcelonistes i els catalans en general responíem a la situació que vivíem cada dia, plena de limitacions i prohibicions: des de les coses més nostres, com el català o la sardana, fins als drets fonamentals... I el futbol era l´única manera que hi havia de guanyar, de derrotar un equip que simbolitzava l´Estat. I crec que això li va donar molta força al Barça.
A més, en aquell època, a mitjan anys cinquanta, havia començat l´explosió del Barça: Kubala, les Cinc Copes... Abans, el futbol havia passat per bons moments, però sempre hi havia hagut problemes greus de tresoreria, i s´havien viscut algunes etapes força crítiques. Aquells anys el club era una allau contra el Madrid.
Ja feia temps que s´havia acabat la guerra, però fins i tot els nens ens adonàvem que hi havia una sèries d´actes que ens eren impostas en la vida quotidiana, coses que no tenien res a veure amb l´educació: assisties cada dia a "l´alzamiento de la bandera". Havies de cantar el "Cara al sol", i els més grans t´explicaven tot el que això representava.
El Reial Madrid era l´enemic a batre pels catalans, amb un president etern molt vinculat al règim, Santiago Bernabeu, que, posteriorment, ja el 1968, diria: "Me gusta Cataluña a pesar de los catalanes". Com a catalanistes, només ens quedava el futbol.

sábado, 13 de junio de 2009

La normalidad


Un pensamiento de Gregorio Morán en La Vanguardia.

Los aficionados del FC Barcelona en Madrid festejaron el éxito de su equipo en la Cibeles y no pasó nada. ¿Alguien se imagina una situación semejante en la plaza de Catalunya, organizada por los aficionados del Real Madrid? Sería lo normal, y si eventualmente para muchos no lo es, tenemos un problema, y me temo que estemos abocados a enfrentamientos civiles si hay una gente que monopoliza lo público en detrimento de los otros.

viernes, 12 de junio de 2009

miércoles, 10 de junio de 2009

Quasi tota la veritat


En "Quasi tota la veritat", el libro de memorias que ha publicado recientemente Josep Maria Minguella, explica como empezó a montar los partidos de la selección catalana de fútbol.


La idea inicial era realitzar partits amistosos amb les despeses més baixes possibles per tornar a il-lusionar la gent i generar uns beneficis que la Federació pogués destinar al futbol base. Amb aquest objectiu vam preparar, amb moltes dificultats, un primer partit al Nou Estadi de Tarragona entre la selecció i el Barça. S´havia fet el primer pas, i gràcies a la bona voluntat de totes les parts vam firmar un contracte per organitzar un partit cada any durant el mes de desembre contra una selecció estrangera. Jaume Roura hi va participar activament, primer com a president.
Gràcies als contactes amb Bulgària aconsegueixo portar el primer any la selecció búlgara. El partit, jugat a Montjuïch el 23 de desembre de 1997, va acabar amb empat a un gol i va ser un éxit clamorós. Posteriorment portaríem Nigèria, Iugoslàvia, Lituània, Xile, Brasil i Xina, que és el darrer partit que vaig organitzar el 28 de desembre de 2002. La idea inicial de generar uns beneficis per a la Federació es va anar portant seleccions més potents, fet que ha implicat despeses més importants i tot ha anat polititzant-se, trencant amb l´espérit inicial.

martes, 2 de junio de 2009