martes, 5 de octubre de 2010

El bendito Estado independiente del papa Laporta


Llucia Ramis en El Periódico de Catalunya.
Lo que más preocupa a algunos independentistas es que, de haber una respuesta divina a sus plegarias, los míticos Barça-Madrid se verían drásticamente reducidos a los encuentros de la Champions. El papa Laporta tiene una solución incluso para eso y aboga por una Liga ibérica que incluiría a Portugal. El abogado futbolero ha comparado las posibilidades de Catalunya con Luxemburgo, Andorra y Mónaco. Sin embargo, resulta obvio que el objetivo de Solidaritat Catalana per la Independència es fundar una santa sede como la del Vaticano.

Veamos: Messi es Dios, cada vez más devotos comulgan con la religión azulgrana, los partidos son sagrados y el beato Guardiola espera ser canonizado. El Camp Nou equivaldría a la basílica de San Pedro (un amigo me contaba muy ufano que, cuando Catalunya sea independiente, se eliminarán los conciertos en el estadio para cuidar el césped con el mismo mimo que merece la Capilla Sixtina). Nos sabemos la oración de memoria y la repetimos como un mantra: Força Barça, Visca Catalunya.

En esta teocracia, donde el culto sustituye a la cultura, desempeñan un papel fundamental la adoración y la peregrinación. Y no mento La Meca por lo que pueda pasar. La evangelización ya está hecha, solo falta recoger sus frutos. Convertida en la capital mundial del barcelonismo, serán muchos los que querrán aportar sus donaciones a la causa y ayudarán a mantener la economía del país pagando los peajes, el párking y los suvenires. Este dinero se añadiría a los «22.000 millones de euros que nos quita España anualmente y no vuelven», palabra del señor.

La política de Laporta apela a una pasión incontrovertible, cuya alternativa es sacrílega, so pena de excomunión. Pero votar con fe ciega tiene sus inconvenientes, perdónales padre porque no ven lo que hacen. El expresidente del club está tomando el nombre del Barça en vano y sus promesas tienen las mismas garantías que el Nuevo Testamento. Sigan rezando.