lunes, 21 de diciembre de 2009

Carta abierta a Laporta


Ignacio de Saavedra en La Voz Libre.

Señor Laporta:

Han transcurrido más de seis años desde su llegada a la presidencia del F.C. Barcelona. Recordará que, por aquel entonces, su campaña electoral fue presentada bajo el lema ‘Primero, el Barça’; una frase que prometía una entrega deportiva a los miles de socios desperdigados por España, pero que se ha terminado convirtiendo en una patraña política camuflada bajo la camiseta azulgrana. Se vivieron momentos de datos históricos y encuestas erróneas: se presentó el mayor número de candidatos a unas elecciones barcelonistas y, contra todo pronóstico, consiguió una mayoría aplastante al finalizar el recuento de votos. Fueron para usted días de cava y rosas.

Tras muchos intentos fallidos, que habían comenzado en 1998 con su batalla contra Núñez, conseguía ocupar el despacho presidencial de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol. En la memoria quedaba la década de los noventa, con sus ambiciones políticas y sus ataques a la nación española, que le habían empujado a formar un partido independentista que terminó desapareciendo entre la neblina. Ahora, ante la sombra de los aficionados y el resplandor de los galardones, sus empeños parecieron centrarse en la limpieza económica y en la magia del balón. Junto a los ‘chicos de la generación PowerPoint’, logró devolver la ilusión a los aficionados e incrementó en más de veinte mil el número de socios, pero también llegaron sus crisis internas y se sucedieron las dimisiones, las imágenes ridículas -como aquélla en la que tuvo que quitarse toda la ropa en el aeropuerto de El Prat de Barcelona-, los desastres deportivos, la moción de censura, las nuevas dimisiones de la mayoría de la Junta Directiva y los espionajes internos. Sus rosas también se marchitaban y su sabroso cava también podía atragantársele.

Pero como en ocasiones sucede que tras las peores tormentas llegan las mejores calmas, logró esquivar los obstáculos y superar los imprevistos. Ahora preside el más brillante F.C. Barcelona de la historia, señor Laporta, que abarrota las vitrinas de trofeos y desencaja las mandíbulas de los amantes del fútbol. No crea que resulta sencillo para un madridista reconocerle el buen juego de su equipo, pero tengo la seguridad de que a usted ya le importa bien poco lo que pueda escribirse sobre las gestas de sus jugadores, sino que prefiere verse en las portadas de los periódicos en apoyo de manifestaciones secesionistas y realizar repetidas declaraciones contra la unidad de la nación española. También le estimula más tener que rellenar su agenda con actos tales como consultas soberanistas o la entrega de premios de ERC, donde afirmó “creer en una nación catalana libre”. Con ello ha trasladado sus ansias políticas de la década de los noventa a los terrenos de juego, y eso es enormemente peligroso.

Los hechos son insultantes e intolerables:

1. Recientemente, la Asamblea General del F.C. Barcelona adoptó la decisión de convertir el catalán en la única lengua oficial del equipo. En línea con el Estatuto de Cataluña y con las sucesivas modificaciones legislativas -también inconstitucionales- que marginan al español de la vida diaria, usted ha tomado una decisión que supone la discriminación inmediata de todos los socios y aficionados que no viven en Cataluña y que, por lo tanto, no hablan el catalán, limitando sus derechos de manera vergonzante. Imagino que sus obligaciones de pagar las cuotas y subvencionar el equipo seguirán intactas.

2. Recientemente, Guardiola afirmó en una rueda de prensa en Ucrania que Cataluña es “un país con lengua propia y cuando salimos, los que la hablamos, la usamos”. Me percato de que su entrenador ha sido bien aleccionado por usted. Ante esta frase, imagino que no tendría ningún reparo en abandonar la Liga Española para pasar a jugar en una Liga Catalana, pues no tiene ningún sentido que desde sus filas sigan pregonando su independencia mientras se enfrentan cada semana a equipos que llevan con orgullo su pertenencia a España. Quizás tenga miedo de que sus socios rechacen su fanatismo, su odio, su egoísmo y su ridiculez si decide adoptar esta medida. Al fin y al cabo, como muchos otros, es un cobarde.

3. Recientemente, el F.C. Barcelona se adhirió al editorial golpista de doce periódicos catalanes. En este editorial, que tenía como objetivo presionar al Tribunal Constitucional para que emitiera una sentencia favorable a los anhelos secesionistas que encierra el Estatuto de Cataluña, se vertieron oscuras advertencias que ponen de relieve la falta de límites de la clase política y mediática catalana. Ante esto, señor Laporta, usted demuestra que aquel lema que utilizó en su campaña electoral del año 2003 ha sido pisoteado en beneficio de sus aspiraciones políticas y en perjuicio del F.C. Barcelona. Un presidente debe ser presidente de todos. Recuerde el artículo que le dedicó el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.

4. Recientemente, usted participó en la marcha de antorchas que cada 15 de octubre organiza ERC en el Castillo de Montjuïc. Allí afirmó que “son momentos de levantarnos ante quienes cada día del año tratan a Cataluña con intransigencia”. La verdad es muy distinta. Quienes cada día del año son tratados con intransigencia son aquellos comerciantes multados por rotular en castellano, aquellos niños acosados en sus colegios por hablar en español, aquellos socios del F.C. Barcelona que no aceptan sus vehemencias pero que aman a su equipo o aquéllos que sufren agresiones verbales o físicas por los radicales a los que usted da aliento. Si su intención es levantarse, mejor levántese del sillón de su despacho y no siga traicionando más a sus aficionados.

Como sus delirios son infinitos, me despido llegados a este punto. Sospecho que pronto será diana de mis artículos, pues todo apunta a que irá como candidato en alguna lista electoral de ERC. Inténtelo, pero aunque haya dicho hoy mismo que “la independencia catalana es posible y por eso da miedo”, créame cuando le digo que la voluntad de los españoles no lo permitirá, aunque este domingo usted vaya a ser cómplice de uno de los mayores actos de deslealtad e ilegalidad conocidos hasta la fecha. La nación española, señor Laporta, resistirá. Le doy mi palabra.

domingo, 20 de diciembre de 2009

sábado, 19 de diciembre de 2009